jueves, agosto 12, 2010

A dónde hemos llegado; ad portas del Desierto de lo Real





Por publicar en el blog Reducción al Ab-zoordo en Hojablanca.net

Despertador 5:30; ¡Boom!

Mi pulso sigue acelerado, tener de frente lo Real no es cosa fácil de digerir. Mis vidrios sobrevivieron, los de los edificios de la cuadra no corrieron con tanta suerte. ¿Qué hacer? Hay varias opciones, muchas sólo de integridad personal; redes sociales y telefonía móvil.

- ¿Mamá? Sí, una bomba en Caracol Radio, si, no, no pasó nada, estamos bien, hablamos luego..." -

Salí de mi apto a las 5:50, en pijama y como cualquier nativo bogotano a ver a una amiga que no contestaba el celular y que vive enfrente de donde estalló la bomba; un pedazo del carrobomba le cayó al lado de la cama y de los vidrios de su apartamento ya no hay rastro, ella está bien, eso es lo importante. No me dejaron pasar de la séptima, igual, lo Real estaba ahí. Cada edificio con una carpetica de brujas de vidrio tejida a sus pies, mucha gente en boquiabierta mirando, policía... quería llorar o vomitar.

Yo soy de teoría de la conspiración, creo en la Doctrina del Shock de Naomi Klein, pero... ¿hasta donde hemos llegado? Al punto en el que, según Pablo Escobar, el mas grande Hdpta que ha parido ésta nación (y ese sí que sabía de Terrorismo) para desestabilizar éste país sólo se necesitaba de un muerto; llegamos a la siguiente orilla, una en la que se puede citar a Pablo Escobar, triste, y otra en la que no se necesitan muertos para hacer temblar al país. Menos mal no los hubo, el conflicto ya ha cobrado suficientes vidas (¿cuantas faltarán?).

-¿Qué prenda el televisor? Sí el presidente ya llegó, no no, lo estoy viendo por la ventana?

El discurso de la Seguridad hace parte de todo esto, es la fantasía que nos deja sobre llevar lo Real del conflicto. Ver los sucesos por la TV no me iba a tranquilizar, los hitos históricos es mejor vivirlos de lejos, se pierden más detalles, se hace más fácil suponer las respuestas, la distancia nos deja sentirnos cómodos detrás de la pantalla.

En un país en conflicto, y mi generación se crió con miedo irracional al jingle de noticia de última hora, la Paranoia es es el verdadero Statu Quo, todos nos salimos de nuestra realidad comiendo de Colombia es Pasión y de las transmisiones de lo que Jose Obdulio Gaviria denominaría lo "de mostrar" del país... lo de su "gente de bien"; cuando nos enfrentamos a lo Real, de cerca, ad-portas del desierto, nos damos cuenta que si quitamos todas la capas que disfrazan nuestra valentía, todos los días estamos esperando que algo como lo del edificio de Caracol Radio pase. Nos damos cuenta que vivimos con miedo. Todos los días, no importa el apellido que quieran ponerle a la seguridad, aún hoy, respiramos con miedo... ¿ellos ganaron? ¿quiénes son ellos?.

Siento admiración profunda por Felix De Bedout, Darío Arizmendi y sus equipos... por demostrar coraje y amor a su profesión más allá de lo que las palabras alcanzan.

Si la guerra es el infierno, no quiero vivir nada que se le parezca, a una cuadra de mi apto y por un segundo, no más, sentí el miedo que muchas zonas del país viven todos los días, por interminables días.

Un día cómo hoy necesita de cabeza fría, necesita de una cobija grande y un té de valeriana; el Terrorismo no da las respuestas, sólo pone las preguntas... y no somos nosotros quienes las respondemos. Nosotros tenemos que seguir nuestros fines sin perder el rumbo, tenemos que buscar que en éste país se pueda respirar tranquilidad, en sus ciudades y fuera de estas... debemos poner nuestra mente a trabajar; parte de todo sería cambiar el chip y empezar a aceptar la presencia del Otro, de su vecino, el Otro, no de ponerle un PIN de Unidad Nacional y decir que ahora se parece a nosotros... hasta entonces: Buenas noches, país de Miedos.