miércoles, septiembre 28, 2011

¿Y del humor qué?

Nada. En Colombia los canales de humor nacional están diezmados, y no los culpo. La realidad del país del sagrado corazón siempre ha provocado más risas en los titulares que en el ingenio de quienes intentan sacar algo bueno entre tanta cosa. Mis codos están oxidados, claro, de no-escribir… cedí también mi espacio a causa de tanto trajín. Pero, los Tiranos también bajaron la marcha (de todos los tipos), Elgris dejó de producir tanto, en la inconciencia colectiva aún cree que Daniel Samper (hijo) es divertido y Vladdo insiste que sus letras son mejores que sus trazos; estamos mal. ¿Pero acaso vale hacer un auto-resumen en Word de un año en el que a la larga seguimos en lo mismo? Nos vendieron la estabilidad presindeciable (sic) y recibieron un batazo en la nuca, adobado con el ferviente lagartismo Liberal, que de a poco se ha colado hasta encasillar al Uribismo en una casta entregada a la pataleta que cada día ve sus más fieles canosos y encanados.


Aceptémoslo, la historia de nuestro país a partir de la política cumple las mismas condiciones que las novelas nacionales. El lunes nos prometen avances en la trama y giros que nunca imaginamos, el miércoles somos consientes que fueron ofrecimientos en vano y el viernes (aún ilusionados) en el fondo sabemos que el próximo lunes será igual.


Podría hablar de Angelino, el indomable, de Vargas Lleras y su pre-pre-pre-campaña, de las gafas de Gina que la hacen ver tan “Inteligente y Bonita”, del circo gris que será siempre Bogotá… desentumecer la mente a partir de los dedos, decía un autor que tanto aprecio; un artículo cada dos semanas, esa es mi promesa de novela de éste lunes (sic).