Trabajo de grado
El Derecho, como institución de regulación social, ha creado un lenguaje específico para su funcionamiento que, muchas veces, excluye a aquellos que deberían entender el ordenamiento de forma más clara a fin de hacer valer sus derechos. En este documento se estudia la posibilidad de apertura del lenguaje técnico, que no implica de ningún modo la pérdida de validez de la institucionalidad científicamente fundada, reclamando, a su vez, la vileza que conlleva la exclusión lingüística de los no-abogados; tanto para ellos como receptores del ordenamiento, cómo para los operadores jurídicos que lo implementan.
[También publicado en DemocraciaEnTuCara]