La primera semana del año no se la aguanta nadie.
Es como prender el motor en primera y en bajada, sin batería, luego de empujarlo hasta la pendiente.
Con más resoluciones de fin de año que ganas de ir al gimnasio.
Pero termina siendo cuestión de actitud, ¿no?
Si hay energía para cocinar nuevas cosas, seguimos.
Los chistes los dejo para otro día.
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