lunes, febrero 16, 2009

“Rumbo al 2010” No es sólo tema de Fútbol

Foro Javeriano Edición Enero-Abril

“Perpetuarse en el poder es dañino para la democracia”
Distintas fuentes institucionales,
o no tanto, en diversos contextos,
con diferentes interpretaciones para J.ObdulioGaviria.

En un País donde tenemos ley que regula hasta Tauromaquia, nadie presta atención a las leyes-físicas que explican muchas de las dinámicas políticas que rigen la actualidad. Leyes que indican que aquí se entiende que alguien, expuesto a la luz pública, cumple sus N minutos de fama (la cantidad depende de sí aparece en la cosa política o en el lavadero) de tal manera que el primer año va ser amado, el segundo la opinión se distanciará de él, el tercero debe ser criticado sagazmente para que el cuarto lo deteste hasta la cultura de a pie; de detestar a desear la muerte (simbólica) hay poco, como poco hay de ahí al olvido. (Y eso que el recuerdo de Jaider Villa optó por el olvido en muy pocas semanas después de “no querer amigos”).

Menciono este fenómeno (la Ley-Física Política, no J.Villa) por el entorno re-eleccionista(bis) que se vive en nuestra realidad, porque hace 4 años se decidió glosar la constitución desestimando este proceso del amor al olvido que desde criollísimos tiempos desmemoriados existía. Que, sumado al cromosoma-maraca que portamos (dentro, pero a flor de piel) hizo que tomáramos la reelección de un mandatario en ejercicio como un evento único en el mundo. Así como creemos que en ningún otro país hay um conflicto armado interno, o ha existido un exterminio político, o se ha atacado con munición institucional un edificio lleno de altos dignatarios de ese gobierno, o que hay gente feliz así no tenga plata o que han existido presidentes-candidatos que debaten de modo abierto sus ideas con sus contrincantes; o que la prensa se parcializa para que quien ve o lee por rutina, lo haga porque comparte ese enfoque de “verdad”; sin que ello implique desear la censura del comunicador por apartarse de lo conveniente.

Hemos vivido 3 años de gobierno inflados por la crisis, porque, parafraseando a un profesor que tuve, en tiempos de crisis se tiende a adelantar los hechos futuros, olvidando, sin importar cuan largo esto sea, que falta igual vivir el periodo restante para llegar a ellos. Han sido 3 años pensando el 2010, periodo que comenzó, como todo bisiesto con mundial, detestando a cualquiera que estuviera en el poder, pues por costumbre, una vez se llegaba a ese punto se reemplazaba ese sujeto por otro que debíamos amar al menos por un año más (adicional a su campaña). 3 años en que muchas de las políticas públicas ha perseguido incansablemente ser reelegidas, siendo para nadie un secreto el modo profundo en el que se envilece el actuar de la administración por la búsqueda de la perpetuación o del buen nombre, siendo un cruel testigo de esto la repavimentación frenética del fin del periodo de cualquier mandatario en la alcaldía (de una ciudad intermedia; pues Bogotá vive en inútil y constante reparación).

Denunciar que tal Ley-física-política existe puede acarrear varias consecuencias, quizás no les importe a los que ya lo sabían, o para algunos su mención haga que la idea pase del amor al olvido sin siquiera detenerse unos minutos en su pensamiento, o quizás quién esté en el legislativo (intimidado por una Ley, que no salió de su pluma) quiera algún día regularlo a su favor, para evitar tropiezos en su futuro político. Habría un solo problema, de legislarse, tendría que hacerse por Ley estatutaria, porque amar u odiar a un presidente, así como distanciarse de una idea cuando es necesario, debería considerarse como un Derecho Fundamental.