lunes, julio 26, 2010

Gobierno de Opinión




Una de esas cosas que la administración Uribe nos deja, así como la subconsciente definición de Marketing Político, es encontrar que al parecer estado y gobierno son sinónimos. Si la historia es cíclica, quizás la unidad nacional es la nueva patria boba,la primera duró seis años, esperemos que ésta nueva no dure más de cuatro, donde las peleas de fondo realmente no importan, pues los argumentos viscerales (y las de muchos están el pavimento) son los más apreciados. Pues a sólo días de acabar su mandato, la administración actual insiste que también es su huevario deber decidir el tono y el tinte por venir de las relaciones internacionales, cosa que es de estado, y se ofende con una demanda en contra del estado colombiano (no contra el gobierno Uribe) calificando de ingrata a un viejo estandarte de lucha, cómo si demandar no fuera más que reclamar algo que se cree justo y que depende de la justicia decidir con sus normas si tiene o no sustento esa petición.

—Esa plata sale de nuestros impuestos. — dicen muchos; el serrucho de la carretera incompleta de ese gobernador que ya no recuerdas también… y a ese no lo lincharon.

Yo entiendo que el gobierno Uribe intentara perpetuarse para difuminar lo de mandato temporal y así ser un Estado de Opinión, pero debió refrasear sus comunicados de prensa desde el principio y simplemente aceptar su aspiración de ser un Gobierno de opinión, sustentado con un conveniente sondeo del DANE; pero son muchas las imprecisiones de lenguaje que tiene el saliente gobierno, como su imposibilidad de pronunciar la C al final de su palabra de discurso favorita (Lafar), ésta sólo hace parte del bulto. Aunque hay días que sí quieren entender cuál es la importancia de la distinción entre gobierno y estado, gracias a esos días Juan Manuel Santos tiene argumentos para justificar el bombardeo de territorio ecuatoriano en defensa de la seguridad del estado colombiano; el resto de cosas que pasan en este país son cosas de gobierno.