miércoles, noviembre 30, 2011

Buscando el tono.

Lo tengo metido en la cabeza. El tono. Una común especie de sarcasmo trasnochado con blablá verdadero. Las palabras salen como una guirnalda estirada... si fueran insultos, hasta más fácil sería. Pero ahora me dedico a pensar; sano ejercicio.

El país tiene sus propias vueltas, mientras uno se desgasta entre sus pliegues (los propios) las cosas no van a mejorar. - ¡Hay tanto por hacer! - me dice una amiga mientras me cuenta su experiencia en un  maravilloso programa en el que llevaron a jóvenes atletas colombianos, promesas de talento, sin duda, a conocer a Usain Bolt; eso me parecía fantástico, que al tiempo todos fueran víctimas de violencia atroz de éste país lo hace un testimonio en el que no caben las descripciones y todo cobra sentido al fin - ¡Hay tanto por hacer! -

Eso nos pasa, buscando el tono, porque es difícil.  ¡Y eso que hablamos por nosotros mismos! no tenemos, como la Mane, por ejemplo, miles de bocas por las que debemos hablar y aún así, quienes confían en su única y propia si quieren exigirle a los de múltiples que digan lo que ellos quieren... como Andrés Hoyos le exige a su vez a la Mane; porque es fácil. Al tiempo se cumple la falacia de la representatividad, porque debería existir verdadera identificación con el que preside en nombre nuestro, no cabe excusa de "su propia voluntad".

No es raro, desde la comodidad de lo aburrido, del default que nos dan, arreglamos el mundo, de a 140 caracteres por vez, con desfaces de videos compartidos en Facebook, con marchas cíclicas (clic clic clic) que, me perdonará Natalia Springer, no son más que la prueba que en Colombia existe voluntad para indignaros por la violencia, la injusticia y la barbarie, pero nos falta imaginación para hacerlo.

Porque es un ejercicio sofisticado, encontrar el tono correcto para alzar la voz, es un ejercicio desgastante; entre tanta parafernalia, legalismo y diplomacia. Incluso, si pensamos a partir del unanimismo nacional, existe un tiro de gracia que miro con sigilo, la polarización de Enemigo del gobierno anterior quedó en el gabinete, pero a la vez, se intenta generar oposición y tensión desde la misma línea de pensamiento, cerrando totalmente un discurso que intente romper con el tono del sacro unanimismo nacional. Ese tono pasivo, que no hiere pero no cambia... opina desde la barrera.

Alzar la voz en la mesa está mal, discúlpenme, no trato con humanos, no a menudo, malos tragos depronto, coff, cíclico (clic clic)... ¡Hay tanto por hacer!

Salud.