viernes, febrero 05, 2016

Notas Mentales - Buenos y malos abogados

A mi me sigue dando pena decir que soy abogado; la mala fama precede la profesión.

Para graduarme escribí una tesis de grado en contra del estigma de la profesión —la palabrería— pero si tuviera que reescribirla la aproximación sería otra.

A los abogados les da pereza pensar.

A los malos abogado, corrijo, les da pereza pensar; y los hay de todas las estirpes, con todos los cartones y en todas las áreas.

El famoso Dr. No de todas las oficinas. Que nunca aporta, que  siempre tranca.

Las soluciones no se logran siempre —y más de uno llegará a sugerir algo que es imposible— pero el derecho es una herramienta para solucionar.

La respuesta no siempre es una demanda. 

La respuesta no siempre es no.

Las respuestas requieren de creatividad y técnica. De poder conectar la solución por un lugar que sea viable, así tome más tiempo llegar.


Según las calificaciones que he recibido, soy mejor profesor de derecho que alumno; y creo que me hace mejor abogado saber de más cosas que de solo derecho. Si un abogado no sabe más que derecho, sus aportes son pura palabrería.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por alguna razón mi vida siempre ha estado rodeada de abogados... De los buenos y de los malos que se describen en esta entrada... Y como antropóloga formando abogados (una de esas cosas de la vida a las que uno no sabe cómo llega, pero llega), he descubierto que son muchos más los buenos abogados, y que, al menos, en estas nuevas generaciones o en aquellos mayores que saben de otras cosas y no sólo de derecho, hay un impulso casi vital por impregnar de creatividad el famoso "no" del derecho. De hecho, debo decir que mi vida es mucho más feliz desde que esos abogados presentes y futuros, han aparecido en mi cotidianidad.