lunes, julio 21, 2008

Autoretratro Apolítico

Publicado en Politizarte Dic 2007

Soy zurdo, con sangre roja, fiel creyente de la entrega de mi alma a la economía de mercado, y también a que ésta debe abogar por la moral, que la fe existe y la respeto, me visto de azul, con frecuencia y por vanidad, aunque no voy a misa por pereza. Mi cabeza está destinada a la calvicie, de forma prematura, un carácter heredado de mi padre, quien me impuso una admiración irracional por Francisco de Paula Santander sobre el resto de próceres nacionales, superando con creces algún gustillo que desarrollé por Bolivar, a quien veo ahora como un hippie en mula por las empinadas montañas colombianas, de pensamiento tan claro como un camaleón asechado por peligro, haciéndose argumento de autoridad en cualquier idea que sustente la integración, reelección, dogma del Partido Conservador Colombiano, Chavismo, libertad, orden y seguridad… democrática o no.

De todo, quedaría enmarcado en el “voto de opinión”, como si opinar sirviera votando en la consulta del polo por Gaviria, Mockus Presidente, Peñalosa Alcalde, Galán (hijo, claro) al Concejo y TinMarín para Edil del Ghetto de estudiantes de provincia y de la comunidad gay capitalina (Chapinero). Nunca votaría en blanco, porque se lo poco que llega a valer el voto igual, y así logre superar algunos candidatos, me saca de quicio no verle la cara de felicidad o derrota a quien con gusto apoyé, en parte, por sentirme orgulloso de no ser devorado por la maquinaria política; aunque sea conciente, como Galanista (del padre), que por ello me hacen la política.

Amigos empapados hasta ahogarse en política conservo varios, que juro no pasaron del prólogo cuando intentaron leer El Capital y quienes no me hablan ni de elecciones ni de fútbol, por ser un ignorante declarado en los dos temas. A veces, incluso de forma sincera, coincido a veces hasta con ese que se siente mal girando a la izquierda así el semáforo se lo permita, y que entiende por falangismo como un ideal de pensamiento y no una posible inflamación muy dolorosa como lo creí yo en principio, aunque lo haya visto desprevenido coreando “Ojalá” de Silvio Rodríguez con ojo espichado y voz etílica sigo respetando sus posturas; al final, la conversación no me interesa y me voy, como cuando apago el televisor después de cambiar infinitas veces de RCN a Caracol por la fobia que me generaría terminar viendo un programa cultural de Señal Colombia.

Por último, abogado Javeriano, que tal vez sea una característica que hace mi pensamiento igual de camaleónico al del hippie en mula que tanto odio.

Contestación a Autorretrato Político http://letras-entre-bambalinas.blogspot.com/

No hay comentarios: