viernes, enero 22, 2016

Notas Mentales - Un organigrama

El problema es quién manda a quién.

Nadie quiere estar en la base de la pirámide. Incluso, ya no todo tiene que ser una jerarquía vertical.

Nos fue mejor planeando por áreas. Primera pedazo de ponqué. Las grandes cosas de lo que hacemos.

Desde ahí sus necesidades.

Luego ver qué gente ya teníamos disponible.

Cruzar esa información.

Repetir. Dejar en remojo.

Repetir de nuevo.

¿Es mejor si se ve todo el mundo? ¿mejor si se ven solo las áreas de trabajo? ¿si el proceso se entiende? A todo sí, y a todo no. 

Que se entienda. Que de fé de lo que hacemos. Si todos se pueden ver en algún pedazo ya está. No necesita tener el nombre propio de nadie. Requiere poder leerse.

Un evento cultural de esta magnitud es igual que una empresa cualquiera; con una serie de objetivos, recursos y limitaciones.

Pero por el afán del incendio del día se priorizó la parte operativa; por su costo, por la cantidad de personas necesarias, por lo sensible que es su ejecución sobre el resultado final.

Buscamos darle la vuelta. "El contenido, es rey" —como diría Bill Gates— y en una empresa de contenido —cultural, creativa— es desde ese nodo que se debe empezar a construir la maraña. 

El contenido como prioridad, suena sencillo; pero hay muchos egos que cortar en el camino.


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